martes, 18 de enero de 2005

Hoy no quiero estar conmigo

"Oh, Dios del Desconsuelo, soy tu voz en estas tierras. Color, fulgor de tempestades en irrisorios desencuentros que ahogan su dulzor en las tibia saliva de un amor. Ella, la tierna llaga que pervierte mi sonrisa, se acurruca en el altar, y mis manos indignas la acarician y atormentan. Ella, como un tambor clamando el desvelo de un demonio escondido, toca a mi puerta y rie para verme llorar. Sus senos apuntan a mi cuerpo, sus ojos a mis labios y sus pies a los míos. Estoy muerto ¿ de estos huesos podré armar algún hombre? ¿ de esta carne verde podré moldear un corazón? Necesito serlo, hoy, por un instante, y olvidarme. Hoy no quiero estar conmigo. Deseo perderme en sus heridas, en sus lánguidas columnas que me elevarán nuevamente a ti, en medio de plegarias tejidas de gemidos, sangre y abandono"