jueves, 31 de mayo de 2012

Cronología de relámpagos


Sobre la pared de la celda se tatúan uno a uno los segundos
Mientras nubes negras inseminan sus máquinas bastardas.
La humedad ya aguarda en cada sombra abandonada
Por amos que se venden en pedazos a sus bestias.
Relámpagos que agotan sus monedas
En el juego de iluminar
De conectar tentáculos, de unir señales
De romper de golpe los sellos y coserlos nuevamente.
Las gotas delatan la cuenta regresiva,
Al negro esqueleto de la noche que se tiende en los cerros,
El que, sin ver, cargamos sobre los hombros lacerados.
Llueve definitivamente, como una condena,
Concepción se ahoga en el refugio de sus muertos
Y la ciudad nos abandona para siempre, secuestrada por tormentas.
Caminar es un acto de heroísmo ciego,
Contener el aliento contra la espuma del vacío,
Contra los ríos rebelados ante sus cauces marginales
Arremetiendo contra el fuego fatuo
Que, entre risas y lágrimas, alguna vez llamamos hogar.
La Cruz del Sur, fantasma de una fiesta olvidada,
Atraviesa con sus penitentes el muro de su soledad
Y ante el escenario de la espera, todos comulgamos, 
Abrimos la boca para beber de sus gotas,
Cruzando la bruma para abrazarnos ansiosamente,
Huérfanos de la estrella del martirio
Rompiendo el mecanismo que creó para iluminarnos,
Seres extirpados del  cielo de un ocaso,
Como lámparas apagadas del rocío, esperando la sangre que no brotará.
Lagunas siniestras observan el regreso, y los sedientos desbordan los bares,
Abriendo alegremente los párpados de sus miserias
Ante una sombra honda, telúrica, fantasmal
Que ni el sorbo del amado sacrificio podrá menguar.