miércoles, 31 de mayo de 2006

Autumnalia

A Soraya V.

Las hojas caen con el ritmo de una marcha acallada por el rumor de los muertos. Sus colores son los restos del astro derrocado, que ha dejado su calor durmiendo en nuestros cuerpos, calor que no queremos despertar, como aquel secreto que no osamos descubrir para no acabar de desearlo.
Por cada hoja que me roza pido por ti. Deseo para ti el mar abierto, la tierra rota, mis cenizas esparcidas, una lágrima como flor en el pozo de tus ojos, la sangre dulce para trazarla en los contornos de la noche en que moramos.
Rezo bajo el árbol manco de la tempestad, menciono sus tres nombres, sus cuatro almas, sus cinco soles, y amarro en su única rama mis sueños y esperanzas. Es el rito de la desnudez en la estación olvidada.
Gris y sueño, amor y lividez, estamos juntos, tan desamparados......
Las nubes ciñen el viento a sus raíces . La promesa regresa una y otra vez a su estanque: la manda que hicimos junto al fuego, su moneda brilla en el fondo del abismo..
Oh, amor, el sol ha muerto....
Abrázame, llevo el luto dentro de mis venas, y tus manos juntas pueden abrirle el cielo.