sábado, 19 de mayo de 2007

Viaustralis

Al borde del colapso
Una puerta se abre
La mano se extiende, incrédula
Una princesa muerta la toma

No hay calabozo
Que libere al cuerpo desgastado
A su mirada maltrecha
A las marcas de sus lágrimas resecas

Aún así cae la aurora
Que espanta las sombras
En la mazmorra rebrotan las heridas
Cuya savia dolorosa nos lastima y estremece

Entonces resucitan las cruces
Todavía cubiertas de hojas
Cobijando aves negras que aguardan la noche
Sus ramas ya apuntan al Padre
Sobre los montes de nuestras manos horadadas

Un camino hacia el sur
Nos liga al duro origen
Lamiendo las llagas, esquivando la lluvia
Dibujándose en el barro, bebiendo de ríos oscuros
A las que nos ata su ineluctable tristeza

La esperada bruma es prueba del destino
Su raíz hurga por la flor
Al otro lado del mundo
Abriendo la tierra, delineando los surcos
hechos de estrellas y selvas

El bosque emerge en la ciudad
La lluvia corre limpia entre las lápidas
Las montañas por fin asoman al final de la calle

La mano se cierra
Pero la princesa se fuga
Sólo con nuestras viejas cadenas.