miércoles, 18 de febrero de 2015

Perros y gatos

A merced de los instintos, correteando entre sombras,
Mientras el pueblo dice dormir cuando tiembla de sed,
Los perros se difuminan entre las calles
Entre basurales y seres abandonados.
Cruce de miradas, sexo furtivo, mordidas hasta el aullido,
El hambre cede ante los noctámbulos
Capaces de navegar sin armas en el desierto urbano.
Perros ladrando hasta devorar sus entrañas
Gatos quemándose en la noche angosta.
Los tejados crujen, las noches se adornan de maullidos,
Ojos sin cuerpo que flotan con temor,
Al final de los pasajes, de las plazas, de las poblaciones entristecidas,
En una figura estilizada de otro mar.
Perros ladrando hasta devorar sus entrañas
Gatos quemándose en la noche angosta.
Y ante mi miseria de hombre sin raíz
Mendigando a esa misma noche un soplo de locura,
Esquivo a todo quien se plante ante la aurora,
Ese sol que no llegara sin arrancar de cuajo toda sombra,
Porque las palabras que se guardan escapan antes de ser oídas,
Palabras como aullidos, gritos, muerte, belleza en la hondura de su infierno.



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