miércoles, 1 de febrero de 2006

Vive rápido, muere joven

“Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”

Leía en el diario a un punk comentar tras la muerte de un sujeto en una tocata en Hualpén que los punkies mueren jóvenes. No es una destino tan malo. Pensándolo bien, con el tiempo muchos terminaremos convirtiéndonos en tipos patéticos, amarrados por un sinfín de deberes, achacándole al tiempo nuestras limitaciones, sobrepasados por miles de amarras que nos convierten en correctos ciudadanos de una sociedad de mierda. Pues ¿quién se atreve a seguir sus ímpetus hasta el fin y cumplir lo dicho por Neil Young “mejor arder que consumirse lentamente”?
¿Ideas de un romanticismo barato, dignas de un rockstar de mala muerte aferrado a su último trago antes de caer en el delirium tremens? No: de un sujeto que va por el camino de lo correcto pensando en lo incorrecto, como muchos, con cierta inclinación masoquista y, tal vez, algo egocéntrico.
Si quisiera seguir esas ideas, me quedaría poco tiempo.... y no he vivido tan rápido. Bueno, estos último años un poco, pero a lo mejor siguiendo a las ratas que viviendo más aceleradamente sobreviven más años, termine como algunos de mi familia, viviendo 80 y más años. Mala hierba....
Una vez soñé que moriría a los 27 años. En cierta época pensé que más que una profecía era una orden: debía matarme a dicha edad. Pero creo que si me lo fijara como meta y comenzara a despedirme de mi familia y amigos me sucedería algo parecido a Glen Benton, que gritó a los cuatro vientos que se mataría a los 33 años (la edad de muerte de su odiado Jesús) y al final no cumplió. Bueno, para quienes disfrutan de Deicide, no fue tan malo (¿y quién disfruta de mi? )
También me plantea un conflicto lo de dejar un cadáver bonito. Tendría que someterme a varias operaciones de cirugía plástica antes de morir para así ser un poco bonito, de lo contrario no podría seguir al pie de la letra lo que dice la frase. Y el dinero para las cirugías, el tiempo y trabajo para juntarla...¡pfff!, se me pasaría la vida en ello.
La verdad es mejor dejar al destino, si es que existe, que haga su trabajo: la muerte, desde que nacemos, ya está haciendo lo suyo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no puedo estar mas de acuerdo